15.12.08

boceto

Este es un boceto que pretende ser la historia de un hombre que no podía producir imágenes, sólo palabras.
La descripción con mayor logro es la de una mujer,
se decía que no podía elaborar su rostro, ni sus contornos, sólo resaltaba atributos, por ejemplo, el rostro lo recordaba como ojos grandes, cejas amables, sonrisa brillante, mejillas tersas. Si se refería a su cuerpo saltaba la palabra sexo, y en ella se detenía haciendo énfasis en cada una de las letras, si su intención era más bien procaz, se detenía en la “equis” X, con sus dos ángulos.
Al no poseer imágenes, la parte baja de una equis, era como describir las piernas, así que recordaba la palabra “equis” , pero debía concentrarse enormemente para enfocar la letra y no su sonido, si lograba enfocar su forma, se sentía preso de un pensamiento comprometedor, podría decirse que un pensamiento íntimo.
Dejo al lector la posibilidad de practicar en sus ratos de ocio el pensamiento, el recuerdo, la evocación, la ensoñación, a través de las palabras, en un mundo sin imágenes.
Si acepta usted el reto, lo invito entonces a que comience nombrándose, deténgase en cada letra de su nombre, observe los espacios que existen entre ellas, y notará usted,(quizás con sorpresa), que existen unas asociaciones que jamás se hubiera imaginado pero que lo identifican de manera total, quizás de sílabas (en este tipo de memoria se valen las alteraciones fonéticas) y quizás juegos gramaticales.
Recuerde es sólo un ejercicio para ratos de ocio,
el hombre que no piensa en imágenes, habitó con ellas hasta cuando se le ocurrió jugar al mundo sin imágenes y desde entonces está condenado a traducir todo lo que ve, oye, siente y saborea.