15.12.08

boceto

Este es un boceto que pretende ser la historia de un hombre que no podía producir imágenes, sólo palabras.
La descripción con mayor logro es la de una mujer,
se decía que no podía elaborar su rostro, ni sus contornos, sólo resaltaba atributos, por ejemplo, el rostro lo recordaba como ojos grandes, cejas amables, sonrisa brillante, mejillas tersas. Si se refería a su cuerpo saltaba la palabra sexo, y en ella se detenía haciendo énfasis en cada una de las letras, si su intención era más bien procaz, se detenía en la “equis” X, con sus dos ángulos.
Al no poseer imágenes, la parte baja de una equis, era como describir las piernas, así que recordaba la palabra “equis” , pero debía concentrarse enormemente para enfocar la letra y no su sonido, si lograba enfocar su forma, se sentía preso de un pensamiento comprometedor, podría decirse que un pensamiento íntimo.
Dejo al lector la posibilidad de practicar en sus ratos de ocio el pensamiento, el recuerdo, la evocación, la ensoñación, a través de las palabras, en un mundo sin imágenes.
Si acepta usted el reto, lo invito entonces a que comience nombrándose, deténgase en cada letra de su nombre, observe los espacios que existen entre ellas, y notará usted,(quizás con sorpresa), que existen unas asociaciones que jamás se hubiera imaginado pero que lo identifican de manera total, quizás de sílabas (en este tipo de memoria se valen las alteraciones fonéticas) y quizás juegos gramaticales.
Recuerde es sólo un ejercicio para ratos de ocio,
el hombre que no piensa en imágenes, habitó con ellas hasta cuando se le ocurrió jugar al mundo sin imágenes y desde entonces está condenado a traducir todo lo que ve, oye, siente y saborea.

28.11.08

posición envidiable


Una llamada desde un bar,
un bar céntrico abierto al clima tropical ,
fuertes ráfagas
que los transeúntes esquivan entrando al bar.
Suena música de Maelo
Frente al bar una barbería, que atiende una mujer barbera y no un barbero,
A la mujer solo se le ha visto tocar las cabezas de sus clientes, sólo entran hombres a cortar su cabello
Jamás las barbas.
Posición envidiable, de un escritor que transmite sus vivencias después de comer unas arepitas con chicarrón en el mercado de Chacao y fotografiar algunos transeúntes.
Posición envidiable
Mientras caliento comidas refrigeradas y establezco límites de cocción al microondas.

27.11.08

triste presentimiento de lo que ha de acontecer

Este grabado que mide 17,8 por 22 centímetros perteneciente a la serie "retratatos de la guerra" en la que Goya utiliza la técnica de aguafuerte, buril, punta seca y bruñidor.
Como presagio de si mismo, sufrió la siguiente transfiguración durante su exposición en la Fundación Alzate Avendaño en la Ciudad de Bogotá, Colombia en septiembre de 2008: desaparece al ser "desatornillado de la pared" y es hallado al mes de su desaparición, "bajo las mantas de una habitación de un céntrico hotel bogotano".
Este presagio pesaroso que grabó su autor ¿será acaso el responsable de que los ladrones la eligieran entre las otras 79 obras restantes?
¿será que este triste presentimiento actúa como una concatenación inexorable de malos augurios?. Basta con pensar en el susto y la preocupación de los responsables de la exposición, de los encargados de la seguridad, de los ladrones, de quienes lo encontraron y de quienes lo vigilan actualmente.
Lo que ha de acontecer así será.

Sin perder la vigencia de los siglos, la guerra se repite en cada rincón que habitamos.

sus cauces acompañan cada vuelta de página


son frías sus olas

son manuales sus tormentas

recital rómulo gallegos 1999


a roberto bolaño

Escritor:
rizos que cuelgan,
entre espejuelos y humo,
dedos largos y delgados hurgan la trastienda de la memoria

Escritora jurado:
bárbara, de rituales insomnes.

Esposa de escritor:
mágica, sonora, mediterránea.

Hijo de escritor:
dibuja palabras entre aplausos y silencios.
Escritor y escritora se narran la nostalgia:
puños sumergidos en tardes rojas de mayo

Otros escuchas:
la vieja del centro que protesta los poemas
donde los hombres hablan de las putas.

Escritor y escritora se encuentran en el fin de la novela:
ella,
niega todo recuerdo

él,
su inevitable memoria

ella,
luto del porvenir

él,
placidez de haber amado antes y después del océano.

auditorio gime, aplaude:
¡ somos latinoamericanos, estamos en casa!

recogen cenizas de escritor,
de su cigarro

los pasos abandonan la sala,

cierran la puerta